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lunes, 20 de junio de 2011

El Extranjero Bajo la Lluvia

En pocas oportunidades tenemos la posibilidad de leer y sentir de manera íntima las vivencias de un inmigrante en Estados Unidos, por esta razón Tertulia Latina tiene el privilegio de publicar la visión de un "Extranjero Bajo la Lluvia".

Con la experiencia en la mano y con una historia genuina, Pablo Morales, nos invita a conocer a "un simple y humilde mojado" y así nos regala historias inverosímiles y confesiones inesperadas que terminan por generar una pregunta: ¿Hay algo más humano que esto?...


"Cuando hablamos de realidad...deberíamos de abarcar no sólo el sufrimiento sino también el beneplácito de encontrar en una tierra extranjera algo que nuestros propios países no nos puedieron brindar...".

Como inmigrante he tenido varios nombres, varias nacionalidades y varios acentos. He tenido dos nombres guatemaltecos, uno mexicano  y uno estadounidense. He descubierto que la patria se hace inmensa en la distancia porque pequeña que sea, que de alguna forma el contraste con otras culturas, con otras realidades e idiosincrasias ponen en otra perspectiva todo aquello que  creíamos saber y conocer.
El mundo sin duda alguna es como lo percibimos y esa percepción está sujeta a las ideas predeterminadas que vamos recogiendo a lo largo del camino, los paradigmas que hemos adquirido; superar  estos paradigmas  es quizá la expresión más pura de la libertad.
 En este espacio he decidió compartir un poco la visión de un latino o hispano (muchos acá se ofenden por el uso del término) que radica en Estados Unidos, no como exiliado político ó como agregado diplomático y mucho menos como turista; sino como un simple y humilde mojado. Tratare de ser objetivo si es acaso posible tal cosa,  y dado que nuestra condición ilegal ha sido usada en infinidad de causas políticas reduciéndonos a estadísticas (vaya si a los políticos no les gustan los números)  tanto por la derecha como por la  izquierda, tanto en Estados Unidos como en Latino América, es fácil perder de vista la realidad humana, y es que cuando hablamos de realidad humana deberíamos de abarcar no solo el sufrimiento sino también el beneplácito de encontrar en una tierra extranjera algo que nuestros propios países no nos pudieron brindar. Ciertamente la voz de un hombre sin importar quien este sea es tan solo una opinión, pero no por ello podemos restarle importancia; solo los necios se limitan a escuchar únicamente  aquello que refuerza sus propias ideas. 
La sola idea de abandonar todo lo que se conoce: amigos, familia, hogar, patria, cultura y embarcarse en un odisea donde se juega la vida,  es sin duda alguna una decisión a la que todos los inmigrantes nos hemos enfrentado. Es lo que muchas personas que se han quedado atrás o que hemos venido a conocer acá no acaban de entender. Y la respuesta no es una y no es simple, son muchas y complicadas. Yo mismo he respondido en más de una ocasión: “Hay cosas peores que la muerte”, lo he dicho quizá tratando de justificar mis propias decisiones ó tratando de convencerme a mí mismo que el riesgo ha valido la pena. Pero por extraño que parezca no se limita únicamente a los injustos tratados de libre comercio y la situación económica de nuestros países.
Una de las cosas que más me sorprendió al llegar a Estados Unidos fueron las diversas  razones por las que muchas personas que he conocido se han venido.
A algunos quizá consideren inverosímil lo que diré a continuación, e incluso pienso que si yo no viviera acá y lo viera con mis propios ojos no lo creería, pero un gran porcentaje de jóvenes que están en Estados Unidos, una vez en confianza y habiendo entablado una amistad, te confesaran que se han venido por desamor ¿Hay algo más humano que esto? Algunas muchachas dirán que es  porque  que se ha casado con otra el hombre que amaban,  algunos hombres dirán porque  embarazaron a una mujer y se vienen huyendo por no querer casarse, parejas que al estar casados con terceros en lugar de divorciarse  abandonan sus hogares para empezar una nueva vida en este país. Historias inverosímiles que hacen pensar que, o las telenovelas se desarrollan a partir de hechos reales, o la gente trata de vivir influenciada por las historias que mira en la televisión, por patético que esto nos parezca. Y sin embargo esa es una realidad de la que pocos comentan, ya sea porque sea algo demasiado intimo o porque políticamente hablando es inservible.
Toda generalización es imperfecta: no todo emigrante viene a este país por dinero, y por supuesto no todos llegan aquí por desamor (aunque entre los jóvenes el porcentaje sea alto) tampoco porque desean vivir aventuras o comprarse todo lo que siempre han soñado. Algunos nos hemos venido por la suma de muchas razones. La edad influye mucho, el género no tanto, pero lo único que todos tenemos en común es que alguien vino antes que nosotros y nos ofreció una asilo. Por eso no están completamente equivocados los argumentos del partido republicano, ni de aquellos se oponen firmemente a la reforma migratoria o a una amnistía, cuando aducen que entre más inmigrantes lleguemos a Norte América más vínculos se crearán para que otros sigan nuestros pasos.
Algunos han venido teniéndolo todo, por el simple anhelo de encontrar algo nuevo, otros han emigrado porque realmente no tenían otra oportunidad para alcanzar una vida más digna. Estos últimos son siempre los que no regresan más a sus patrias. Los que hablan de sus países con añoranza y cariño, pero que siempre reiteran que el viaje de regreso sólo lo realizarán para morir en la tierra que los vio nacer.

Pablo Morales nació en Guatemala y actualmente reside en Los Ángeles, California.

4 comentarios:

  1. Una mirada desde los ojos de la experiencia misma, interesante los puntos de vista, me llama mucho la atención el dato de jóvenes que menciona que por cuestiones amorosas dejan su país, sobretodo porque efectivamente no me había pasado por la mente que fuera una razón, para algunos, lo cierto de las muchas experiencias es que gran mayoría de países de América Latina, y puedo mencionar que más en Centroamérica, los indices han crecido de personas que abandonan sus hogares, por migrar específicamente a Estados Unidos, y todas coinciden en un Estado que no brinda los derechos fundamentales y las condiciones de vida necesarias para gozar de una vida integral. Lamentablemente y es la realidad, algunos gobiernos siguen sin tener una solución para el tema de empleabilidad, y la situación económica es cada vez alarmante. Muchos se preguntan del porque ¿? de las situaciones en paises como Guatemala, con una riqueza natural... como guatemalteca me hago ésta pregunta, que tiene que ver con muchos factores, educación, empleo, salud, utilización de los recursos, y un vistazo más a fondo las condiciones socioeconómicas del país, luchas ideológicas, concentración de la riqueza. En conclusión y como joven debemos seguir manifestando y accionando desde nuestros espacios, para que de alguna manera se realicen cambios significativos para nuestras próximas generaciones, exigir a los gobiernos protección a los derechos de los que dejan su país, porque sumarle el tema del narcotrafico y trata de personas, situaciones que se han evidenciado desde hace mucho tiempo contra personas durante su paso en las fronteras, y una serie de violaciones a sus derechos, también es parte y resposabilidad del gobierno. Gracias por compartir el artículo.

    María Luisa M. (Guatemala)

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  2. Interesante el planteamiento gracias por compartirlo (saludos desde Guate…), se me vienen muchas ideas, la verdad como vos decís es complicado ser objetivo, más cuando se esta parado en una realidad, un estadio o momento que va marcar un imaginario individual, el cual se reflejara en lo colectivo y se materializa en lo legal, es decir nuestros países históricamente han sido golpeados una y otra ves, por imposiciones lastimosamente que no benefician a la mayoría, (términos que vendría a decir Roseau, "favorecer a las mayorías es excluir a un grupo de personas", sobre todo cuando hablamos de ideologías);
    Entonces es importante resaltar, que los valores humanos giran al rededor de un entorno y cambiarlo significa un proceso de des-aprendizaje constante de formas establecidas en el individuo, además cuando son o busca beneficio colectivo se deben compartir valores de cambio, por eso importante luchar no solo como jóvenes sino también como ciudadanos y hacer que esos derechos humanos reconocidos y libertades americanas (hablando de libertades negativas), se conviertan en cambios de entorno individuales positivos.
    Por otro lada pero hablando de lo mismo las formas de coacción ha través del tiempo han cambiado pero el fin sigue siendo el mismo (feudalismo, colonia o capitalismo, no importa) tratan de mantener una misma estructura, no seria mejor si todas esas historias inverosímiles giran alrededor de un humano o humana y que en ese momento somos los mismos e iguales sin importar las historias, el sexo o nacionalidad, por las cuales llegamos allí o aquí, nuestro fin es el mismo pero sin ser coaccionados, a menos que permitamos no cambiar nuestro entorno... y se quede estático…
    Caricaturin de Guatemala...

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  3. ¿Hay algo más humano que esto?, me parece que tal es la pregunta clave para poder entender las reflexiones compartidas por Pablo y es la llave para ligar los efectos colaterales de una suerte funesta que es vivida por los países de América Latina.

    Pero antes de comenzar a escribir de los tópicos de las políticas económicas y más, que son temas necesarios sin duda, me gustaría no olvidar que acabo de leer la vivencia de un chico de carne y hueso; el cual con mucha fuerza nos ha compartido episodios profundos y ha defendido una perspectiva que a muchos burócratas e intelectuales se les va de la mano. Es decir, nuestro escritor ha hecho una invitación abierta y justificada para considerar la verdadera realidad humana –lo básico es tan elemental que tiende a borrarse-.

    Pablo, es muy propositivo leer que no sólo se debe de considerar los inconvenientes de un cambio de territorio sino que te animas a ir más allá y describes que también existen “beneplácitos”. Regularmente tendemos a tomar las cosas problemáticas que nos aquejan y las volvemos totalizadoras, son graves y sería indebido desestimarlas, pero en ocasiones somos tan injustos con algunas circunstancias y con nosotros mismos. Además, creo que la ventaja de ver el “paquete completo” es que nos asumimos como sujetos de decisiones y compromisos, al fin y al cabo la maleta la hicimos nosotros.

    Ahora bien, creo que existe otro lado del porqué de empacar las cosas y marcharse. Desde mi perspectiva no puede dejarse de un lado que una gran cantidad de inmigrantes no ponderan condiciones dignas de vida y de seguridad para un futuro mejor en su país y por ende se van al extranjero, pero eso no los exime de sufrir una serie de prejuicios en el destino escogido y no les quita un posicionamiento desventajoso frente a los nacionales.

    No es endeble ni gratuito que una numerosa cantidad de latinos salgan en marejadas fuera de sus ciudades para enfrentarse a jornadas extenuantes, prestaciones nulas y miedo constante al tener su estancia de manera irregular (no todos claro está). Estos individuos no se han aventurado a situaciones de riesgo e incomodidad por la simple experiencia de realizar una visita turística “alternativa”, sino que se despiden de su entorno para ganarse el sueldo que ha de mejorar la vida de los hijos, los padres, las parejas y para concederse un respaldo financiero para la posteridad.

    Es evidente que gran peso de la responsabilidad ante estas circunstancias recae sobre las políticas de los países latinoamericanos, las cuales no son capaces de ofrecer opciones asequibles para la permanencia decorosa de la población local. Sin embargo, es patente que en el mismo nivel se coloca a los países receptores al ser oferentes de altos estándares de maltrato, manipulación y desventaja a los trabajadores.

    Finalmente, me salta la experiencia de las mujeres porque hasta hace unas décadas ellas eran prácticamente invisibles en este tipo de fenómenos. Sin embargo, en la actualidad los movimientos migratorios femeninos han aumentado exponencialmente y se han acompañado de un ascenso de agresiones de diversa naturaleza (violaciones, robos, secuestros, discriminación de género, entre otras). Tenemos responsabilidad sobre nuestro devenir pero no todas las cartas las hemos jugado nosotros.


    Erandy Reséndiz, México.

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  4. A pesar, el dentro de los temas que manejo, la migración no es mi especialidad, si puedo decir, creo que con propiedad, que la movilización de un sector de la sociedad, en nuestros países, centroamericanos, se traslada hacia el Norte, hablo desde Centroamérica, porque es parte de mi cotidianidad, otro tipo de migración, también se da, del campo a la ciudad, nuestros agricultores son desplazados por las corporaciones agroindustriales, y la búsqueda de una forma mas digna de vida, en algunos casos, es vedada, por el hacinamiento y malas condiciones de salubridad.

    No creo, que criminalizar a los seres humanos que llaman “mojados”, se va a acabar la emigración hacia las ciudades en búsqueda de soluciones, en una vida, que por asar nos toco vivir, de ese lado de la cerca, donde no tomamos té y galletas, conversando sobre la economía mundial, pero lo que si se, es que este lado de la cerca, tiene los juegos mas bonitos, creamos lírica con sentido, y nuestra protesta es valida, aveces nos toca dormir en un autobús por horas, para llegar a nuestro hogar, estrujado entre la gente, y de ves en ves, uno se puede topar con un cuenta cuentos que lo hace sonreír.

    Por otra parte el amor es una abstracción, nunca lo pude entender, pero espero que toque a mi puerta algún día, pero para que viva por siempre conmigo, me daría miedo que estuviera en mi hogar de paso.

    Felicidades Pablo, tu testimonio, no reta, continuar viviendo, y buscar una solución, contra este mundo que trata constante mente de destruirnos.

    Ivan Mora (Costa Rica)

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