Desde 1968 hasta hoy los jóvenes revelan ser una nueva categoría en la historia universal. Es cierto que con anterioridad, en varios países de América Latina y del mundo, los jóvenes ya habían hecho acto de presencia, como ocurrió con la famosa reforma universitaria a la que en Córdoba, Argentina, convocaron los estudiantes. Es cierto también que muchos héroes de la historia universal, desde la antigüedad, han sido jóvenes; pero se distinguían como héroes, no como un protagonista genérico de la historia. En cambio, desde 1968, en París, en Chicago, en México, y hoy en el Magreb y los países árabes, los movimientos de la juventud están a la vanguardia de la lucha por otro mundo posible. Están contra la guerra, están contra las discriminaciones raciales, están contra los simulacros de democracia o de socialismo que en realidad son dictaduras de ricos y poderosos apoyados en las fuerzas de seguridad a su servicio, legitimados por la
clase políticade fingida elección popular o de partido, y hoy serviles ante las grandes potencias cuyos máximos dirigentes asumen abiertamente la mentalidad y la criminalidad colonialista –que desde ayer asumieron contra Vietnam, contra Cuba, contra los afroamericanos–, y que ahora, cada día que pasa, manifiestan orgullosos contra los países y los pueblos de la periferia, y también contra la inmensa mayoría de los jóvenes del mundo entero, de los jóvenes de las poblaciones marginadas y excluidas, de las clases medias depauperadas, de los hijos de los trabajadores desregulados, de los hijos de los técnicos y profesionales que no tienen educación, ni empleo, ni esperanza de tenerlos, ni futuro que perder...
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Me gusto mucho el artículo, ciertamente a través de la historia los jóvenes han plasmado luchas cotidianas, y a pesar que han sido diferentes contexto según la dinámica y la historia de sus paises, hay una cosa que es muy similar y cierta, que es una época en donde existe un gran potencial, resaltar a esos jóvenes con compromiso que no sólo demandan, sino además trabajar para involucrarse más en lo que acontece y obstruye al desarrollo, es una tarea de valentía, de mucha fuerza y ganas de empoderarse de espacios, de hacer suyos esos problemas sociales. Arriba la juventud que constituye una gran fuerza en los distintos rincones del mundo, y son agentes de cambio para enfrentar lo doloroso de las injusticias.
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